Femenino muy plural

LOURDES3

XXXVII GALA NACIONAL DEL DEPORTE DE LA AEPD EN VALLADOLID

La resaca de los grandes momentos de Río 2016 y la afirmación de la progresión de las mujeres centraron la fiesta anual del deporte español.

El homenaje al deporte femenino que con toda justicia se está convirtiendo en una tradición en la Gala Nacional del Deporte que organiza la Asociación Española de la Prensa Deportiva no significa en modo alguno caer en el reduccionismo ni en la artificiosidad. Quizá nuestra sociedad esté lejos de la paridad, quizá los medios vivamos aún viejas inercias en el día a día, pero a la hora de reconocer méritos sí se avanza hacia la integración: Lidia Valentín, Mireia Belmonte, la selección de baloncesto, el conjunto de rítmica o Ruth Beitia han pasado de ser estrellas del deporte femenino a ser estrellas del deporte, a secas, creando a su vez cantera de sucesoras y sucesores. Son ya dos ediciones olímpicas en las que las féminas aportan el mayor peso al medallero. Ese presente, y el legado de quien puso las bases, fue objeto de reconocimiento en una Gala, en el Teatro Calderón de Valladolid, que empezó con buenas noticias previas: el anuncio del Secretario de Estado, José Ramón Lete, de que las becas ADO olímpicas y paralímpicas estaban aseguradas para el nuevo ciclo, y el avance en la consideración del deporte como

materia de especial interés, que acentúa las ventajas de las empresas que colaboren. Luego, en el teatro, recepción renacentista a las estrellas, aprovechando que Valladolid celebra el V Centenario de la llegada de Carlos I (que, por cierto, presidió una gala que cerraron los Celtas Cortos). En la Gala, muy polideportiva como corresponde a un año olímpico acabado con buena nota (pese a tener que hacer más con menos medios, como recalcó el presidente del COE Alejandro Blanco)hubo grandes del pasado, olímpicos y paralímpicos. Entre otros, Fermín Cacho, Abel Antón,Joe Llorente, Purificación Santamarta, Marta Arce o, con distinción especial, Mariano Haro. Pero sobre todo, las estrellas fueron una Mireia Belmonte apenas bajada del avión de Marsella, que antes de comparecer para ser premiada solicitó una piscina para no perder entrenamiento. No estuvo Ruth Beitia, que mandó un videomensaje con la plata que el domingo conquistó en Belgrado colgada al cuello, pero sí Lidia Valentín que confesó que no ve el momento de recibir las medallas previas a la que ganó en Río, y que no obtuvo por las trampas de sus competidoras. Y más: Teresa Perales vio reconocida su larga trayectoria en la natacion paralímpica, Eva Calvo se erigió en símbolo de la nueva savia olímpica a partir de su podio en taekwondo, y Alhambra Nievas, la mejor árbitro de rugby del mundo -en ambos géneros- reclamó respeto  para un colectivo a veces visto de forma demasiado negativa. Fueron hasta 23 los galardonados porque afortunadamente

rendir homenaje al deporte femenino no es, en el actual deporte español, un postureo impostado. Saúl Craviotto y Cristian Toro, Joel González unió su éxito al de Eva Calvo, las selecciones de baloncesto femenina, masculina y masculina paralímpica celebraron un inédito triplete de podios olímpicos... El polideportivo no excluyó al fútbol: premios para F.C. Barcelona, Real Madrid y Sevilla, dominadores de España y Europa, así como un Vicente del Bosque que sigue siendo símbolo del mejor momento de nuestro fútbol. Si la clásica Metro Goldwin Mayer presumía de tener más estrellas que el cielo, también en Valladolid se ha reunido una buena constelación.

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