Armonía. Expresión corporal, fusión con la música. Plasticidad. La gimnasia rítmica abstrae a conciencia al espectador, que, hipnotizado ante la contemplación del deporte hecho arte, a menudo olvida el trabajo ciclópeo que esconde cada puesta en escena, cada milésima de segundo de la misma.

Un sacrificio que Lourdes Mohedano, piedra angular del 'equipaso', conoce a fondo. Tras emocionar a España el pasado verano, con una plata con regusto a oro, la cordobesa disfruta ahora de los parabienes resultantes. "Es un reconocimiento al trabajo. Estoy muy contenta, es una recompensa", asegura la deportista, imagen ya de varias firmas y bajo el paraguas de la agencia Grupo Trivium.

Subcampeona olímpica en Río 2016, cuarta en Londres 2012, campeona del mundo en 2013 y 2014... Un excelso palmarés al que va sumando otras distinciones. De homenaje en homenaje, hace sólo unos días recibió la Medalla de Plata de la Real Orden del Mérito Deportivo. "Es un honor. Señal de que hemos hecho bien las cosas", admite.

Despertando de Brasil, sin prisas por arrinconar la gloria carioca, Tokio se manifiesta aún como un sueño muy lejano. "Es pronto" para planificar el ciclo olímpico. "Como siempre, fijamos objetivos a corto plazo. Preparamos exhibiciones, nos recuperamos del desgaste que sufre el cuerpo", aclara la gimnasta de Peñarroya-Pueblonuevo, con la motivación por las nubes pese a la cercanía del azúcar: "Tendré que buscar otros retos".

De momento, exprime el presente. Y se rodea, allá por donde va, de niñas que fantasean con ser gimnastas, con ser como ella. "Lo que más me emociona es ese abrazo, ese cariño", reconoce Mohedano, quien no deja atrás sus siete horas de entrenamiento ni sus estudios de TAFAD (Técnico en Animación de Actividades Físicas y Deportivas). Ni su función de 'embajadora del deporte', que le lleva a practicar yoga delante de cientos de personas o a amadrinar la Carrera de la Mujer. O incluso a brindar un año más con Freixenet. "Vamos a repetir anuncio. El año pasado disfruté muchísimo. Me encanta grabar", reconoce.

Alejandra Quereda, la capitana, destaca de la andaluza su alegría y lo fácil que pone las cosas al grupo, algo que parece marca de la casa: "Lo intento. Como todo el mundo, tengo días malos. Pero, como nos conocemos tan bien, cuando una tiene un mal día, inmediatamente el resto se da cuenta. Pasamos muchas horas juntas". Sin perder esa sonrisa perenne, la cordobesa transmite su pasión por la gimnasia en cada frase. Y promete trabajar duro para seguir cultivando lo que más le gusta. Mirando, a sus 21 años, el horizonte con paciencia.

www.estadiodeportivo.com