Lourdes Mohedano, esta soy yo... ahora

LourdesEl pasado 28 de febrero, Lourdes Mohedano (Córdoba, 17 de junio de 1995) sumó a su increíble palmarés un nuevo hito: la Medalla de Andalucía. Fue el último trofeo de una colección que, como su sonrisa, brilla con luz propia y en la que destacan metales de todos los colores en Europeos y Mundiales. No obstante, si existe una medalla que sobresale por encima del resto en la carrera de esta joven gimnasta rítmica, esta es la de Plata lograda en los Juegos de Río, un objeto que le valió, junto al resto de compañeras de selección, el reconocimiento unánime del deporte español. En el sacrificio vital que tuvo que realizar para llegar hasta aquí, la conexión Córdoba-Madrid -que es también la que une sus dos simpatías futbolísticas- se ha revelado como un acierto.

Mi relación con el fútbol empezó desde que era muy pequeña. Siempre decía que aunque practicara gimnasia mi deporte favorito era el fútbol, porque me encantaba jugarlo con mis primos y mi hermano en cuanto teníamos algo de tiempo y nos juntábamos todos.

Sigo al Córdoba CF porque es el club de mi ciudad y porque mi hermano desde que yo era bien pequeña me informaba de todos sus resultados. Siempre le deseo lo mejor al Córdoba, aunque también le tengo un especial cariño al Real Madrid por mi abuelo, ya que cuando yo era pequeña él siempre ponía sus partidos en casa porque le encantaba. Me acuerdo mucho de esas jornadas delante del televisor.

He hecho dos saques de honor en mi vida. Uno en El Arcángel y otro en Vallecas, en los prolegómenos de un Rayo Vallecano- Barcelona. He de decir que la afición del Córdoba es impresionante. Estando al nivel que está tiene una pasión que más quisieran tener algunos equipos de Primera División. Y la verdad, si no estoy abonada es porque no tengo mucho tiempo para escaparme desde Madrid...

En la gimnasia rítimica un mínimo fallo nos penaliza muchísimo y nos hace bajar muchos puestos en la puntuación. En este sentido somos un poco como los porteros de fútbol, porque tenemos que estar pendientes cada vez que lanzamos el aparato para que no quede mal en la coreografía.

Tengo 21 años y soy la más pequeña del conjunto español de gimnasia rítmica. La mayor de nosotras, por ejemplo, tiene 24. Hasta no hace mucho éste era un deporte para niñas y ahora se está haciendo para mujeres. Aguantamos más tiempo, antes se aguantaba hasta los 18. Era raro que con 21 o más años siguieras haciendo este deporte.

Nuestro horario habitual es muy exigente: vamos a clase de 8 a 11; entrenamos de 11 a 14.30; de 15.00 a 17.30 volvemos a tener clase y de 17.30 a alrededor de las 21.00, entrenamiento. Todas estudiamos porque la gimnasia no es como el fútbol, de la gimnasia no se puede vivir toda la vida. En este sentido, ya he terminado el Grado Superior de Técnico en Actividades Físicas y Deportivas y ahora estoy mirando qué más hacer, me gustaría especializarme en Arte Dramático.

En los Juegos de Londres de 2012 no estuvimos en la Villa Olímpica, así que en Río, el pasado año, sí que vivimos esa experiencia con toda su fuerza. La verdad es que está muy bien porque te encuen­tras a deportistas de tu país, de otras nacionalidades y hay un ambiente muy bueno con gente de todas las disciplinas deportivas. La experiencia fue muy gratificante. Un entorno muy cuidado y repleto de deportistas.

Cuando me marché a vivir a Madrid, con tan solo 13 años, nunca pensé que podría llegar a formar parte de la selección española o disputar unos Juegos Olímpicos. Simplemente disfrutaba de la etapa que me correspondía en mi carrera deportiva. Siempre supe que iba a ser duro y que no iba a tener una vida normal de una niña de 13 años. Que no podría estar, como el resto de chicas, siempre con mi familia o amigos. Pero con el tiempo aprendes que es más lo que ganas que lo que pierdes. Es muy duro, sobre todo al principio, por tener que separarme de mi gente, pero acaba teniendo su recompensa.

Revista Panenka.

0 Comentarios

Sin Comentarios

Deja un comentario

Designed by: el escondite - Contacto - Aviso Legal